domingo, 9 de mayo de 2010

Misión del deber

Todas las profesiones tienen su lado bueno y su lado malo. Decir que una carrera es jodida se entiende, pero decir que tenés que convivir con eso ya no es sano. Uno dedica mucho tiempo y esfuerzo para llegar ser lo que quiere o busca en la vida, por lo que definitivamente no está bien sufrir siempre.

En el caso de ser comunicador (periodista, locutor) lo que hace angustiante muchas veces a la profesión es que te falten económicamente. Esto significa que no te quieran pagar lo que vale tu labor o que cuando vayas a cobrar, te “bicicleteen” lo que te corresponde percibir por el trabajo desarrollado y de paso, tanteen hasta dónde pueden llegar tu paciencia y los nervios.

Cuando se trata de medios de comunicación, Paraguay es el único país que cuenta con tantos dueños de espacios que no pertenecen realmente al rubro periodístico. Y eso no ayuda. Muchas marcas que compran espacios y al hacerlo, se creen dueños de los contenidos y altaneramente (gracias a su aporte publicitario) corrompen algunos formatos y así emputecen el espacio de aire. No sólo eso, al no entender del rubro, no conocen de los costos de ciertas cosas importantes como el personal que está a cargo y demás, entonces todo le parece caro y… Señoras y señores, ¡empieza la bicicleta! Y que se le va a hacer si el mercado lo permite.

Hace unas semanas, una amiga me envió un mensaje de texto preguntándome el por qué ya no grababa comerciales para una marca multinacional, a lo que contesté que era por el simple motivo de que me debían mucha plata (en realidad su agencia de publicidad, no la marca). Su siguiente mensaje decía “así nomás es, hoy todo el mundo le debe a todo el mundo”. Yo te pregunto a vos lector, ¿nos tendríamos que acostumbrar acaso?

Tito (nombre ficticio para salvar sus intereses) tiene una productora de comerciales de radio y al ser consultado sobre el tema, me contó su postura al respecto. “El día que yo me haga el duro simplemente no me darán trabajo” disparó tajante. Y es así de drástica la cosa. Te juegan al muere sin dudar, menospreciando tu trabajo, tu trayectoria y por sobretodo, lo útil que le sos a las marcas.

Ahora surgen las interrogantes más fuertes. ¿Qué tenemos que hacer para hacernos valer y de paso dar a entender que nos tenemos que mantener y en algunos casos mantener a una familia también gracias a nuestro trabajo?, ¿podemos hacer entender a los empresarios que al no pagarnos en fecha nos están como “robando” justo a nosotros, los “albañiles que construimos sus grandes obras”?

Apartir de hoy, imponé el respeto hacia tu trabajo y por todos los medios tratá de que te paguen en fecha y de esa manera, hacer entender a los empleadores que somos nosotros los que al final cuidamos de su patrimonio. Entonces, estaremos evitando que los patrones o contratantes sigan su “misión del deber” (como aquella serie ochentosa).



Estaría bueno que escuches estos temas mientras lees lo escrito más arriba:

Pink Floyd – Money (era obvio, pero el sonido de la caja te hace pensar en cobrar)

Dire Straits - Money for nothing (I want my MTV!!!)

Prince – Money don´t matter tonight (si es que estás cagado en guita y te importó poco)

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