domingo, 4 de julio de 2010

El saber de perder

Una de las cosas que más se escuchan cuando alguien queda sin chances en alguna competición es la famosa frase que dice que “hay que saber perder”. Pero, ¿qué es saber perder realmente? ¿Mostrar buena cara pese al mal tiempo? ¿Salir a festejar con los rivales? ¿O perder así como se perdió, dejando el alma en la cancha, mostrando fútbol y una actitud de querer ir por más pese a ya haber conseguido una página histórica dentro del deporte paraguayo?

Me hace acordar a fanáticos de clubes tirando sillas de sus propios estadios contra sus propios jugadores. Otros, objetando a sus dirigentes. Y ahí aparece nuevamente lo de “no saber perder”. Todo eso formando parte de una mixtura explosiva entre tristeza, impotencia y rabia por haber quedado afuera de algo por el que se peleaba.

Ayer no hubo nada de eso. Pero no por amor incondicional a un país o porque estos 23 jugadores representaban una gloria ya conseguida (llegar a cuartos de final), sino por cómo se jugó un partido tan importante contra una potencia mundial en fútbol.

Esa es la gran diferencia entre las dos derrotas sudamericanas de ayer. Argentina con una despedida humillante de esta copa del mundo, sin mostrar nada de fútbol ni de actitud, mientras que Paraguay murió de pie, siempre proponiendo, no dejando jugar a su rival y con opciones en todo momento. Digno adiós.

A mí me tocó vivir el partido trabajando. Cubrí para dos cadenas internacionales la fiesta que se preparó en el Defensores del Chaco, con pantalla gigante para ver el partido entre paraguayos y españoles. Un lugar al que pertenecen grandes momentos de nuestro fútbol y el de ayer era otro más, pero sin jugar acá. A la gente poco le importó eso. En una tarde de pleno invierno, 30 grados recibían a más de veinte mil personas que fueron vestidos correctamente de albirrojos, todos unidos, alentando a la distancia.

Apenas terminó el encuentro, salí a hacer notas a la gente que salía del estadio y los sentimientos eran encontrados. Sí, por un lado la tristeza, porque se podía más, pero por el otro, una gratitud total a los jugadores y cuerpo técnico nacional por cómo se representó a un país que necesitaba de la alegría del fútbol.

El mundo entero a través de los medios de prensa hace el reconocimiento a una selección que mostró orden en todas sus líneas y que se animó a hacerle frente a la candidata de todos. Nosotros también deberíamos estar orgullosos por lo demostrado. A nadie le gusta quedar eliminado, pero la realidad hoy habla de Paraguay, un equipo que quedó sexto en el mundial.

Nunca hasta ayer, había entendido lo de “saber perder”. Decía que era una de esas frases hipócritas que sirven para hacer pasar un trago amargo. Pero no. El fútbol de mi país me demostró que cuando te toca perder, hay que saber hacerlo. ¡Aplausos de pie!

No hay comentarios:

Publicar un comentario