viernes, 30 de abril de 2010

Muy a pecho el pecheo

A lo largo de los años trabajando en medios tuve la oportunidad de ser parte de varias organizaciones de eventos a lo que la gente quiere ir y disfrutar. Pero lo que todavía no está instalado en la mente del público local es que hay pagar para estar ahí.

No es nada nuevo, pero cada vez estamos más lejos de mejorar o cambiar esta postura porque el Paraguay es chico o porque es el país de los “amigos” y siempre hay alguien a quien pedir un favor para conseguir ese pase.

Es impresionante como te piden sin vergüenza esas entradas toda vez que quieran ir. Ni siquiera se animan a decírtelo con todas las letras porque saben que están siendo más que caraduras: “Che marce, ¿cómo es el tema para tener una entrada para el concierto?”, “¿vos no estás sorteando pases?”. Pero quizás lo más aberrante del caso sería cuando recién le conocés a alguien y en seco te dicen: “vos trabajás en la radio que organiza ese concierto, conseguimena dos entradas o tres si podés para mí y unas amigas”. Yo me pregunto si antes de enviar un mensaje pidiendo liberarte el costo de un acceso a un gran evento, se podría analizar el grado de amistad por lo menos que se tiene. Que tanto merecimiento podés llegar a tener o no para recibir una entrada de favor. Pero por supuesto que eso se debería pensar una vez que no llegás con el dinero para comprarte el ticket.

Hay que saber que si se hace el esfuerzo de que vengan artistas internacionales o de organizar eventos no se preparan dichos festivales para perder plata o donar entradas. Después escuchás quejas como por ejemplo: “no vienen luego buenas bandas a Paraguay” o “que poca gente hubo en tal evento”. ¡Y que quieren si ni se animan a pagar lo que cuesta! Pobres organizadores que esperan hasta el último día para saber cómo están las ventas de sus entradas y así poder pagar ciertos costos, mientras la gente también espera hasta el último día (pero para ver si pueden conseguir alguna entrada por ahí).

Cuando vino Franz Ferdinand pagué la entrada del sector al que quería ir y obviamente valió. Algunas personas me dijeron que cómo voy a pagar si yo que tengo acceso y amigos entre los organizadores y bla bla bla. ¿Y si no me invitaron? Hay que pagar, claro. No me consideraba muy amigo de nadie de esa organización para pedirle una entrada de favor. Ese mismo día leí un mensaje en el twitter de una amiga que decía: “Estoy indignada con mi trabajo que no me consiguió ninguna acreditación para ver a FF”. ¡Y se perdió el concierto!

El domingo fui a ver a Ab Ovo en su nuevo show “Toko” y al ver a mi amigo Tony Apuril en el escenario me acordé de una gran enseñanza suya y que me abrió la mente: “No hay nada mejor que la ley efectivo versus efectivo”. Así me dio a entender que cada vez que colabores con su obra también cuando presentes algo la gente va a colaborar contigo. Quien mejor que él para recibir los famosos mensajes de pecheo por parte de sus “amigos” cada vez que presenta una obra y darme su punto de vista al respecto.

Ante el próximo evento que realmente quieras ir, pensá bien que grado de amistad te une ante quien quieras pechear una entrada. Pensá bien si tenés o no el monto que sugiere el pase. Y por sobre todo, pensá bien si esa persona es mala onda o buena onda al no conseguirte el pase.

PD: Si pecheás una entrada, ¿a quién reclamás si no te gustó el espectáculo?


Acompañan esta lectura temas como:

The Beatles – Ticket to ride (para seguir conversando sobre el punto)

Nerd Kids – Tu estilo es un free pass (si no te calienta nada lo que dice arriba)

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